Dos reflexiones para antes de que acabe el año

Dos reflexiones para antes de que acabe el año

Empiezo este blog sin saber exactamente de qué estoy hablando, solo "sintiéndolo". 

Los últimos meses han sido de mucho cuestionamiento, de exponer mis inseguridades y darme cuenta de que, algunas de ellas, son más reales de lo que imaginaba. En pocas palabras, no han sido meses fáciles para mí. 

¿Y por qué les cuento todo esto? Porque parte de los objetivos de este proyecto es justamente exponer lo real, y darle la vuelta de alguna forma, ya sea porque todo esto resuene con alguien allá afuera o por la catarsis misma de estar escribiendo y poniendo en orden todo para irme dando cuenta de los aspectos que debo empezar a trabajar. 

Exponer miedos e inseguridades al público es algo que no se me da fácil, y creo que muchos se podrán identificar con eso.

Sentirse vulnerable ante los ojos de un desconocido, es raro y se siente raro, pero a veces es muy necesario. Todos somos humanos, y todos podemos equivocarnos y tener emociones reales; más en una sociedad como la actual que lo único que busca es la imagen perfecta, el logro corto, la vida ideal... Nada más ajeno de la realidad que eso. 

Pero en fin, pasando más a lo que es más mío y no de los demás, he estado viviendo con el miedo al desinterés y la inseguridad de no ser relevante, de que eso que tengo que decir no llegue a donde quiero llegar. A que mis mensajes se pierdan en el tiempo y el espacio, y que por consecuencia, este proyecto no logre explotar su potencial al máximo. Un miedo muy real para cualquiera que emprende desde el corazón. 

Aun así, con miedo y todo, he estado dando pequeños pasos hacia el camino que quiero tomar el siguiente año. Sin paralizarme por el "¿Qué va a pasar?", y mejor optar por apreciar lo que he avanzado en los cortos 365 días que he tenido este proyecto andando. Y así es como llegue a este punto:

Las dos reflexiones del 2025

Hace un tiempo, escuché en un reel de IG sobre cómo los japoneses ven el crecimiento de las empresas en aquella parte de mundo, y dicen que los proyectos, negocios, empresas o como lo quieras llamar, son como seres humanos tal cual: tienen su etapa de infancia, su etapa de crecimiento incómodo y adolescencia, pero también tienen su esplendor y su madurez; y por eso mismo, no podemos esperar que un proyecto en su primer año sea autosuficiente y crezca como un adulto, si apenas y se puede mantener en pie, como cualquier bebé. 

Me hizo muchísimo sentido todo esto, sobre todo porque cada vez estamos más acostumbrados al éxito instantáneo, tanto así que cuando algo se dificulta, simplemente lo abandonamos. 

Pues bueno, aquí por escrito, dejo como manifiesto que esa no será mi realidad, porque prefiero seguir sanando a abandonar nuevamente un sueño que nació de lo más profundo de mi corazón (por si aún no te sabes la historia, te invito a leer Sanando a través de la ropa de segunda mano)

Otro de mis análisis, reflexiones del 2025 fue encontrarle el sentido y la magia al caos... Sí, al caos. Esa palabra o estado de consciencia que tanto aterra a todos. 

Tengo la sensación de que no llegamos a visualizar al 100% el objetivo del caos: cuando llega, es porque debe hacerlo, porque tiene que abrir nuestros ojos a aspectos que capaz y no estábamos tomando en cuenta. Nos pone frente a frente con una realidad que tal vez evitábamos y nos obliga literal a "sacar la casta" y demostrar qué tanto queremos la vida que juramos desear. 

El caos llegó a mi vida desde hace varios años, ya hace más de una década, pero siento que apenas este 2025 quise voltear a ver qué quería decirme, y justamente, este año lo "abracé" y lo comprendí con más claridad: "hazte responsable" "date cuenta de qué te drena" "elígete, no esperes a que te elijan".

Ahora que lo pienso, el caos ha sido el gran maestro de mi vida, y fuera de quejarme porque este año no fue el mejor de todos, agradezco que todo lo que sucedió y está sucediendo, porque me confrontó con una realidad que me negaba a ver desde hace más de 12 años. Así que, perdámosle el miedo al caos (al menos eso es lo que les quiero transmitir).

Si tú como yo te sentiste pérdid@, confundid@, "rar@" este 2025, quiero que sepas que te entiendo, y que todos estamos en este mismo barco sin saber qué chingados va a pasar; así que no te estreses por no tener todo resuelto, por tener dudas, por tener miedos, por sentirte insegur@ en tu propia piel... todo tiene un porqué, todo tiene una solución, y todo siempre llega a un punto de equilibrio. 

Pero bueno, si este escrito apoya a alguien en su travesía, estaré más que satisfecha. 

Y que el 2026 traiga lo que sea mejor para nosotros mismos, ¡hecho está!

Texto escrito por Daniela De León: entusiasta en temas de moda y estilo; "No seré experta, pero en realidad nadie lo es". 
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